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Primero aprenda a nadar

Primero aprenda a nadar

Jordi Adell*
Publicado en El Mundo, 27 de mayo de 1995 (Hemeroteca)

Después de leer multitud de artículos, ver reportajes diversos en TV y oir hablar sin parar a algunos de sus amigos, ya está decidido: quiere entrar en Internet, quiere saber qué es eso y si de verdad se está cociendo algo grande, como pretenden Al Gore, Bill Gates y su vecino del cuarto. Pero, ¿qué hacer? En este artículo se ofrecen algunas pistas sobre cómo aprender a nadar en Internet. Más adelante, ya navegará a todo trapo por los oceanos de la información y hará surf sobre las olas del ciberespacio. Ahora conformese con no ahogarse en la primera zambullida.

Primer paso: no entre sin saber minimamente que va a encontrar. Lo primero que debería hacer es comprar (o pedir prestado) un buen manual sobre Internet y leerlo de cabo a rabo (no se preocupe si no entiende algunas cosas: hágase una idea general). Cuando acabe de leerlo debería saber como mínimo qué es en realidad la Internet y cómo se ha creado, qué servicios y aplicaciones ofrece a sus usuarios y cómo conectarse. Por ejemplo, antes de gastarse un duro en equipamiento averigue qué es PPP, el correo electrónico, la transferencia de ficheros, las ‘NetNews’ y la World-Wide Web, qué es un cliente Web y un URL, qué es una FAQ (esto se explica más abajo) y qué quiere decir «RTFM». Evidentemente, se supone que ya sabe manejar su ordenador personal. Si no sabe, olvide la Internet y lease el manual de su ordenador: es como intentar ganar el Tour sin saber montar en bicicleta.

Si tiene un amigo con experiencia, unas cuantas sesiones prácticas pueden ser reveladoras: la imagen que dan los medios de comunicación sobre Internet es, por decirlo de manera suave, un tanto engañosa (ya sabe, sólo son noticia las malas noticias). Algunas personas se forjan expectativas irreales: la decepción es inevitable.

Segundo paso: contrate su conexión con un proveedor de conectividad. Las revistas especializadas sobre Internet (hay ya varias en castellano ya en los kioskos) suelen llevar listas de proveedores de conectividad. Aquí es dificil ofrecer recomendaciones de tipo general. Sólo tenga en cuenta que Internet es barata: la mayor parte del gasto será de teléfono. Existen muchos proveedores y no cuentan con nodos en todas las ciudades. Además, mientras lee este artículo, están bajando los precios. Estudie tarifas y prestaciones y, nuevamente, déjese aconsejar por expertos independientes. Al igual que en la adquisición del modem. El software de conectividad ya se lo regalará el proveedor.

Tercer paso: siga las instrucciones de su proveedor para instalar el software y láncese a la Internet.

¿Y ahora qué? Bueno, en primer lugar aprenda a enviar y recibir mensajes de correo electrónico. El correo es la aplicación más utilizada de la Internet (se calcula que el año pasado se intercambiaron seis billones de mensajes por este medio). Es práctico, cómodo y fácil. Frente al teléfono, que es intrusivo y molestón, el correo se lee cuendo uno quiere, no hace falta que los participantes estén frente al ordenador al mismo tiempo. A diferencia del fax, que no es más que una manera lenta de enviar dibujos (las compañias telefónicas aman el fax), el correo electrónico permite aprovechar lo escrito por su corresponsal. Si tiene un amigo, pregúntele su dirección de correo electrónico y enviele un mensaje. Pronto lo utilizará habitualmente en sus comunicaciones. Deles a sus amigos, clientes y proveedores su dirección electrónica y pídales la suya. Si quiere comunicarse con el autor de este artículo, utilice la dirección de correo electrónico que figura junto a su nombre.

Después de dominar el correo puede echar un vistazo a las NetNews. Son una especie de grupos de discusión de ámbito mundial dedicados a temas específicos. Hay casi diez mil grupos. Seguro que algunos tratan temas que le interesan: desde cuestiones informáticas hasta lo más peregrino que pueda ocurrírsele. Los grupos de NetNews «destilan» documentos denominados FAQs («Frequently Asked Questions»). Alguien los ha calificado de «perlas de sabiduría de la red». Lea especialmente los dedicados a los novatos (puede encontrar todas las FAQs en un grupo llamado «news.answers»).

Un aspecto de Internet que le fascinará es la enorme cantidad de software disponible gratis o «shareware» («pruébelo primero y, si le gusta, pague después»). Utilice algún programa de transferencia de ficheros para descargar en su ordenador juegos, utilidades, tipos, aplicaciones de comunicaciones y programas de todo tipo.

A continuación lo más divertido, puede navegar por la telaraña global de la información: la World-Wide Web. Aquí la cosa es todavía peor: hay literalmente decenas de miles de servidores WWW (universidades, empresas, asociaciones, organizaciones, etc.) que ofrecen al mundo su información a través del WWW. Es, tal vez, la aplicación de Internet más sencilla de utilizar: sólo tiene que hacer «click» con el ratón sobre las frases subrayadas o de otro color (y sobre las imágenes). Es como hacer «zapping», pero a lo bestia. La WWW le permitirá, además, «ver» toda la Internet mediante un solo «interface» hipermedia. Podrá incluso oir fragmentos de audio o ver trozos de vídeo (aunque no en tiempo real: primero tendrá que transferirlo a su ordenador). Si se siente desorientado aqui tiene dos pistas: en <http://www.uji.es/spain_www.html> (esto es lo que tiene que escribir en su cliente WWW) hay un mapa sensible de los servidores WWW españoles. En <http://www.yahoo.com> puede encontrar un extenso catálogo temático de servidores WWW de todo el mundo. Sin duda, su proveedor de conectividad tendrá un servidor WWW en el que encontrará multiples propuestas para «navegar» por la información. A partir de este momento ya tiene en sus manos la herramienta de aprendizaje más fabulosa que ha creado el ser humano (hasta hoy).

Un comentario final. Tal vez al principio se agobie un poco: la Internet es muy grande. Es peor que eso: crece más de un 10% cada mes. Eso quiere decir que mientras lee este artículo acaban de instalarse varios cientos de servicios de información más y algunos miles de personas han comenzado a hacer «surf» en la WWW por primera vez. Sin embargo, no todo está en Internet. Pronto se dará cuenta que es más fácil conseguir ciertas cosas que otras. Normalmente, en razón inversa al interés que Ud. tenga en ellas. Cuando sea un surfista avezado (en unos meses), piense en dar el salto y fabricar sus propias olas.


*Sobre el autor:

Jordi Adell es profesor de Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación de la Universitat Jaume I de Castellón. También es columnista habitual de algunas revistas sobre Internet y consultor en temas relacionados con los servicios de información electrónica y la Internet. Si desea hacerle llegar su opinión sobre el contenido de este artículo, puede escribirle a . Si quiere ver su «home page» está en  <http://nti.uji.es/~jordi>.