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Cómo cargarse una actividad de aprendizaje colaborativo

Castellers. Tirallongues de Manresa
Tirallongues de Manresa. Foto de Xavier Gonzalo Pons.

Acabo de leer un interesante artículo firmado por Dejana Mullins, Nikol Rummel y Hans Spada y titulado Are two heads always better than one? Differential effects of collaboration on students’ computer-supported learning in mathematics (publicado en el International Journal of Computer Supported Learning, 6(3), págs. 421-443, DOI: 10.1007/s11412-011-9122-z).

Los autores se plantean la razón por la que algunos estudios encuentran efectos positivos en el aprendizaje colaborativo en matemáticas, mientras otros no los encuentran o los efectos son negativos. Su hipótesis es que los resultados diversos de la colaboración puede explicarse en función del tipo de conocimiento que implica la tarea (y, supongo yo, del tipo de procesos cognitivos que demanda). Si se trata de razonar con conceptos matemáticos, la colaboración, dicen, puede mejorar los resultados de aprendizaje de los estudiantes, dado que promueve la «elaboración mutua». Si, por el contrario, el material de aprendizaje propone prácticas de procedimientos, la colaboración puede terminar en una distribución de tareas y reducir las oportunidades de práctica necesarias para desarrollar destrezas procedimentales fluídas. Continue reading «Cómo cargarse una actividad de aprendizaje colaborativo»

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Vídeos y metaaprendizajes

La última actividad que hemos hecho este semestre en clase ha sido crear un spot publicitario en vídeo. El objetivo (el mío) no era tanto que aprendieran lenguaje audivisual o a usar la cámara o el software de edición de vídeo (ni que lo supieran todo sobre el contenido del que trataba el spot, Google Apps), como que los y las estudiantes fueran conscientes de si habíamos conseguido o no uno de los principales objetivos de la asignatura, esto es, ser capaces de hacer cualquier cosa con las TIC aunque nadie «les haya enseñado» directamente cómo hacerla. Dado el escaso tiempo del que disponemos (40 horas de clase en 10 semanas) y el ritmo con el que aparecen herramientas, recursos, contenidos, etc. relacionados con las nuevas tecnologías no hay otra actividad más importante durante el curso que «aprender a aprender» sobre y con las TIC. No es que no haya más remedio, es que es el aprendizaje más importante que pueden realizar: a ser aprendices permanentes y autónomos, a no «esperar» a que alguien «les enseñe». Cada día estoy más convencido que es la principal cualidad de un buen docente… y seguramente de cualquier profesión.

Las tareas que realizan durante el curso están graduadas. En la última no hay ninguna ayuda, documento, tutoríal, etc.: se tienen que «buscar la vida». Los resultados, desde mi perspectiva, son más que satisfactorios. Unos vídeos son mejores que otros, sin duda, pero todos han experimentado, probado, buscado información, han tenido problemas y los han solucionado, han pensado, planificado, decidido, etc. Y, encima, se han divertido.  Lo importante no es tanto el producto final como lo aprendido durante el proceso y, especialmente, los metaaprendizajes, por ejemplo, lo que han aprendido sobre ellos mismos como aprendices. Aquí van algunos vídeos. El resto, en YouTube, buscando “L20-2011” y “M21-2011”:

¿Y que han aprendido? Raquel, una de las estudiantes matriculadas en la asignatura, escribía en su blog hace unos días sobre lo que ha cambiado en el poco tiempo que ha durado el curso (más abajo mi traducción al castellano). Lo que me mueve a copiar su post aquí es, en primer lugar, que es una visión desde «el otro lado» (lo que dice sobre el miedo a equivocarse es importante para mejorar mi práctica el año próximo, por ejemplo, …tendremos que trabajar en ello). Y porque, en segundo lugar, creo que es una reflexión auténtica. No es un «trabajo de clase». No les «mandé» que reflexionasen, ni que escribiesen sobre ello, no es «por la nota», no es «un trabajillo de clase… lo que quiere leer el profesor». Lo escribió porque quiso.

Anem a per més…
Ara, després d’uns quants dies d’haver iniciat aquest viatge per les noves tecnologies, me’n adone de que aquell principi pareix que estiga a anys llum però tan sols fa un parell de mesos. Quant hem canviat en aquest temps? Jo crec que molt però sobretot en la nostra forma de mirar-ho tot. Abans, i jo de les primeres, ho fèiem tot segons ens deien, no ens molestàvem gens en investigar un poc, en fer les coses per nosaltres soles, per descobrir coses noves. Ara som nosaltres, tot i que cal dir que seguim buscant aquesta facilitat, les que anem investigant cóm fer, cóm canviar, cóm mostrar-nos, cóm avançar en aquest món de les noves tecnologies i, sobretot, mirant cap un futur on serem nosaltres les que deurem intentar que els nens i nenes siguin els que investiguin.

Cal que hi seguim investigant? Que seguim avançant? Per suposat la resposta la coneixem ja tots, sí. El que crec que més m’ha costat, i crec que no sols a mi, és a avançar sense por a equivocar-se, avançar per el gust de descobrir i no només pel fet d’aprovar, de no aprovar o de quedar bé amb algú, de superar a un altra companya o company, etc. Devem pensar que en un futur no tan llunyà les que estarem a l’altra banda serem nosaltres, i per tant nosaltres serem les que devem canviar la nostra forma de pensar.

Vamos a por más …
Ahora, tras varios días de haber iniciado este viaje por las nuevas tecnologías, me doy cuenta de que aquel principio parece que esté a años luz, pero sólo hace un par de meses. ¿Cuánto hemos cambiado en este tiempo? Yo creo que mucho pero sobre todo en nuestra forma de mirarlo todo. Antes, y yo de las primeras, lo hacíamos todo según nos decían, no nos molestábamos nada en investigar un poco, en hacer las cosas por nosotros solas, para descubrir cosas nuevas. Ahora somos nosotras, aunque hay que decir que seguimos buscando esa facilidad, las que vamos investigando cómo hacer, cómo cambiar, cómo mostrarnos, cómo avanzar en este mundo de las nuevas tecnologías y, sobre todo, mirando hacia un futuro donde seremos nosotras las que deberemos intentar que los niños y niñas sean los que investiguen.

¿Hay que seguir investigando? ¿Que seguir avanzando? Por supuesto la respuesta la conocemos ya todos, sí. Lo que creo que más me ha costado, y creo que no sólo a mí, es avanzar sin miedo a equivocarme, avanzar por el gusto de descubrir y no sólo por el hecho de aprobar, de no aprobar o de quedar bien con alguien, de superar a otra compañera o compañero, etc. Debemos pensar que en un futuro no tan lejano las que estaremos al otro lado seremos nosotras, y por tanto nosotras somos las que debemos cambiar nuestra forma de pensar.»

Creo que el objetivo final del profesor es ser innecesario para el estudiante. A veces compruebas con orgullo que, con algunos y algunas estudiantes, lo has conseguido.

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Una lección desde el San Walo

El año pasado, el último tema que tratamos en la asignatura «Nuevas tecnologías aplicadas a la educación» de la titulación de Maestro de Educación Primara (en la UJI) se tituló «Análisis de un centro TIC». Escogí el San Walabonso de Niebla (Huelva) porque lo conocía directamente y porque podíamos no solo analizar su web y las múltiples actividades TIC que comparten con el mundo. Conocía al claustro de profesores y podíamos también hablar con los niños y niñas. Y así lo hicimos.

Después de una semana en la que los y las estudiantes de magisterio de la UJI recorrieron sus páginas web, vieron sus vídeos en YouTube, las Webquest y cazas del tesoro, las actividades diversas con TIC, el blog los alumnos, el de meteorología escolar, los cuentos de la Maestra Vicky en Isuu, etc. etc. hicimos una videoconferencia con los niños y niñas de sexto del San Walabonso.

La hicimos con Skype y tras algunos fallos iniciales, nos conectamos con la suficiente calidad como para charlar. Yo hablé un poco con Fernando y otros profes y dejamos que mis alumnas (la mayoría eran chicas) les preguntaron cosas a los chavales del San Walabonso. La cosa fue bien, los chicos y chicas estaban un poco sorprendidos por el interés de unas chicas tan mayores, que pronto serían maestras, por ellos y su escuela. Y mis alumnas estaban sorprendidas por el desparpajo de los alumnos de sexto y la naturalidad con la que se tomaban una videoconferencia por Internet, la primera para muchas de ellas.

Después de varias preguntas y respuestas, ya casi terminando, les dijimos a los chicos y chicas del San Walo si querían hacernos alguna pregunta. Se acercó un chico rubito (Yuri) y les dijo «Y en la universidad en la que estáis, ¿tenéis ordenadores en todas las aulas como nosotros?» Mis alumnas se miraron y una de ellas (Mari Carmen) contestó: «No, hay algunas aulas informáticas y cuando tenemos clase de prácticas vamos allí». Y Yuri, se lo pensó un momento y les dijo: «Bueno, quizá algún día tendréis».

Natualmente mis alumnas se quedaron pasmadas. Yuri las compadecía. Ese comentario hizo más por uno de los objetivos de mi asignatura, convencerlas de que la escuela en la que trabajarán no es como la que conocieron de niñas, que los ordenadores están aquí ya y están para quedarse, que la Internet es una herramientas (y otras cosas) excepcional, etc.  que todas mis clases juntas. Un niño rubito de Huelva de 12 años e hijo de inmigrantes eslavos les había dicho que en una Universidad que tiene las nuevas tecnologías como bandera, que ellas creían el tope de la tecnología, algún día quizá dispondrían de ordenadores en todas las aulas… como ellos ya tenían en el San Walabonso, que era, sin duda, la única manera de trabajar hoy en día. Aquí se terminó el tiempo y la videoconferencia.

Las alumnas de Primaria están ya en tercero. En junio serán maestras. Ya no las tengo en ninguna asignatura, pero las que estuvieron en esa videoconferencia, cuando me las encuentro en el pasillo o la cafetería, se acuerdan más de Yuri y del San Walabonso que de mis clases. Gracias Yuri.