El Java y la venganza de los nerds
Jordi Adell
Web n. 3, febrero 1996, pág. 27
Uno de los factores que más ha contribuido al éxito de la WWW es que pasar de consumidor a proveedor de información era relativamente fácil. Aprender los rudimentos del HTML y hacer tus propias páginas sólo requería: a) un proveedor de conectividad no excesivamente parco en prestaciones, que ofreciera un poco de su disco duro (proveedores de conectividad, ¿estáis tomando nota?); b) la lectura de un par de manuales HTML para novatos; y c) un editor de textos «freeware» con alguna extensión extra para insertar los «tags» HTML. El lector/espectador se convertía en activo productor de información. Algunos hasta han ganado dinero.
La estructura social de la WWW era democrática: sólo hacían falta buenas ideas. Los conocimientos técnicos necesarios no eran un factor que marcase diferencias de clases. La diferencia la marcaba la calidad de la información y la habilidad para hacerse encontrar por los usuarios. También es cierto que como subproducto el Web contiene miles de páginas HTML horribles, con «blinks» a porrillo, centrados salvajes, fondos que dejarían ciego a un topo (si pudiese verlos), «counters» que deberían avergonzar a quien los instala (del tipo «Esta página ha sido consultada 25 veces en los últimos seis meses»), o páginas iniciales con GIFs de 500 Kbytes, (para regocijo de las compañías telefónicas). Era como el karaoke: algunos hasta saben cantar.
Sin embargo, los nuevos desarrollos como JAVA (un lenguaje interpretado creado por Sun que permite incluir pequeñas aplicaciones o «applets» en la páginas HTML que se ejecutan en los ordenadores del usuario) o VRML el «Virtual Reality Modeling Language» (VRML) (un lenguaje para describir mundos virtuales conectados entre sí con la WWW) están poniendo las cosas en su sitio: la Internet para los gurús. Los programadores toman de nuevo las riendas.
Aprender JAVA ya no es cuestión de un par de tardes. ¿Le suena algo llamado «C++»? Efectivamente: esa forma refinada de tortura que aplican a los estudiantes en las Facultades de Informática. A partir de ahora, en la WWW pasará como en el fútbol: habrá varias divisiones. En la primera se situarán las grande corporaciones (con grandes presupuestos y regimientos de programadores), en la segunda estarán las buenas Universidades (gracias a la mano de obra barata de los estudiantes), en la tercera división, categoría regional y amateur nos situaremos el resto de nosotros. Hasta ahora, dedicándole horas e imaginación se podía competir con casi cualquiera, si no en cantidad si en calidad. En el futuro podemos olvidarnos del tema.
La entrada masiva de intereses comerciales ha provocado una presión tremenda en el desarrollo de la Internet y de la WWW. Ejemplos: «tags» HTML inventados para aumentar la vistosidad de las páginas (y, de paso, copar el mercado de clientes), protocolos seguros para las transacciones comerciales, estudios de marketing sobre si se vende o no se vende mediante el Web, prácticas publicitarias agresivas, un interés loco por las estadísticas de acceso y la demografía de los usuarios de la WWW, etc. Sin embargo, realmente cosas como el JAVA y el VRML, ¿van a marcar diferencias? Para algunos analistas estamos ante el final de la red tal como la conocemos. Una nueva aristocracia de «webmasters», de «tecnonerds», va a tomar las riendas. Se acabó el «hágaselo Ud. mismo en su casa». Las grandes corporaciones no van a resistir la tentación a demostrar lo al loro que están y van a incluir en sus servidores «applets» Java y mundos virtuales VRML, como ahora incluyen enormes GIFs de sus «photoshopers». La ventana de su cliente echará chispas y oirá extraños ruidos. De repente, una manada de tostadoras voladoras arrasarán por la derecha mientras el botón «Send» de un formulario huye de la flecha de su ratón como alma que lleva el diablo. No se asuste: ¡Es JAVA!
Pronto los usuarios no esperarán menos. Pero no todo serán las demos que hasta ahora hemos visto (eso espera todo el mundo). Sun pretende que JAVA acabará con el negocio del software tal como lo conocemos ahora. (Bill Gates tendrá que inventar algo nuevo, por una vez). Los usuarios conseguiremos el software que necesitemos por la red, pagando precios reducidos, producto de la disminución de costes de distribución (permítanme, en este punto, una ligera sonrisa 🙂 ). Bueno, paremos.
De momento, y hasta que alguien le encuentra una utilidad a esos «applets» y a los pasillos virtuales, nos vamos a reír la tira de tantas tazas humeantes y de tanto «travelling» imposible. También será divertido ver como se para del todo la red. «Applets» y mundos virtuales significan más bytes por el mismo tubo. Permanezcan en sintonía.