Web 2.0 y educación: ¿el «día de la marmota”?
Hace unos días se dijo en Twitter (creo que fue @juandoming, pero también estaban por allí @pvil, @eraser, @diegogg, @lindacq y un servidor) que la web 2.0 estaba “finiquitada” en educación, que la gente estaba decepcionada, etc. El tema se debió quedar dentro de mi cabeza, dando vueltas y golpeándose con las dos o tres ideas que tengo y las paredes del cráneo, porque esta mañana me he levantado recordando un artículo que leí hace unos meses (1) en el que la autora se preguntaba si corremos el riesgo de vivir de nuevo el ciclo de «bombo, esperanza y decepción» («hype, hope and disappointment») que según algunos autores han seguido todas las tecnologías de la información y la comunicación en educación en el último siglo (véase los libros de Larry Cuban, por ejemplo).
En el artículo se menciona una publicación de Mayes del año 1995 titulada “Tecnología educativa y el Día de la marmota”(2). La he buscado en la red y, por desgracia, no está online. Pero he encontrado el texto de una conferencia del 2007 del mismo autor en el que retoma el argumento y añade algunas reflexiones interesantes que me gustaría comentar aquí.
(Ahora es el momento de ponerle música de fondo a esta lectura. Si tienes instalado Spotify empecemos con esta: Sonny & Cher – I Got You Babe y haz que se repita una y otra vez… como en la peli).
En dos frases: Mayes decía en 1995 que, en tecnología educativa parecemos condenados a vivir un ciclo repetitivo de «bombo, esperanza y decepción». Aparece una nueva tecnología con aplicaciones educativas, nos creemos que revolucionará la enseñanza y el aprendizaje y, tras un tiempo de experimentos, proyectos, etc. en el que no pasa nada, nos decepcionamos. Entonces la abandonamos y, echando pestes de la anterior, nos “convertimos” a la siguiente tecnología que, naturalmente, lo revolucionará todo, etc. Y el ciclo vuelve a comenzar. Así ha sucedido, según algunos autores, una y otra vez desde hace décadas: el cine, la radio, la televisión, el vídeo, los ordenadores y ahora la Internet y la web 2.0, incluyendo los hipermedia y los sistemas tutores inteligentes.
Mayes sostenía en 1995 que, al igual que Bill Murray en la película, solo escaparíamos al «Día de la marmota» de la tecnología educativa, si reconocíamos la «verdadera naturaleza del aprendizaje». Recordemos que Bill Murray solo escapa del día de la marmota y del pueblo de Punxsutawney cuando deja de ser un egoísta engreído e insoportable y consigue la admiración y el amor de la maravillosa Andie MacDowell.
Pero, ¿cuál es “la verdadera naturaleza del aprendizaje”? Según Mayes todas estas tecnologías que generaron tantas expectativas en educación se utilizaron primordialmente para un solo aspecto del aprendizaje: presentar contenidos a los estudiantes (el «delivery»). Pero la «verdadera naturaleza del aprendizaje» no es una, sino trina: la ya citada de distribuir materiales de aprendizaje, que es quizá la parte menor del papel de las TIC en el aprendizaje; en segundo lugar, apoyar la construcción de conocimientos utilizándolos en tareas de aprendizaje ; y, en tercer lugar, promover y facilitar el diálogo para «refinar la comprensión a través de la discusión, la retroalimentación y la reflexión». Conclusión: si la tecnología digital, la web 2.0 y todas las fantásticas herramientas que tenemos las utilizamos solo para «presentar» contenidos, estamos condenados al fracaso.
Según Mayes, sólo una tecnología que apoye todas las fases del ciclo de aprendizaje puede tener una oportunidad de ser transformadora, “ayudando a integrar una pedagogía constructivista verdaderamente centrada en el alumno”. El problema, a mi parecer, es si soportar las tres fases citadas es suficiente para que sea adoptada por la mayoría de los docentes. Y creo que no. Lo que sabemos sobre difusión de la innovación es que se trata de un proceso muy complejo en el que entran en juego factores sociales y psicológicos y no solo la bondad intrínseca de la propia innovación a ojos de los expertos.
Quizá la probabilidad de éxito en la difusión de una tecnología sea inversamente proporcional al cambio de prácticas que suponga para los agentes. Y si soluciona algún problema importante, percibido como tal por los protagonistas. Si la respuesta es “no”, mejor esperamos sentados.
Parece evidente que con las TIC en educación nos enfrentamos a dos procesos diferentes: por un lado, la integración de las TIC en las prácticas “actuales” y mayoritarias de enseñanza y aprendizaje; y, en segundo lugar, a la exigencia o la necesidad de una verdadera revolución didáctica. Y serían dos ideas relacionadas, pero diferentes. Recuerdo perfectamente una charla de Judi Harris en Callús, (el Bages, Catalunya) hace unos años, diciéndonos que integración de las TIC ey la innovación didáctica son dos cosas muy diferentes. A mi me recordó el chiste de los dos vascos que van al monte a por setas y se encuentran un Rolex, pero ese es otro tema. Es un hecho que vemos constantemente ejemplos de uso de las TIC desde planteamientos didácticos netamente instructivistas, para «transmitir» información. Hay muchos docentes incapaces de verle ninguna posibilidad didáctica a la conexión a Internet en sus clases: si el objetivo es que los alumnos se sepan “la materia” que “imparten” (algún día hablaremos de las metáforas de la enseñanza y el aprendizaje) , ¿para qué demonios puede servir la red a estos profesores? De hecho, la ausencia de cambios didácticos es el principal argumento de los vendedores de “soluciones” TIC para la escuela. Pero la apuesta por la que vale la pena seguir trabajando es que las dos, innovación didáctica y tecnológica, deben ir de la mano. Por lo tanto, los procesos de introducción de las TIC deben contemplar los dos aspectos, no solo cursillos sobre tecnología. El riesgo es terminar ignorando las nuevas posibilidades que nos ofrecen las TIC y usarlas para hacer lo de siempre.
Dicho de otro modo: el docente que crea que todo va bien o que lo que va mal no está en su mano solucionarlo, difícilmente encontrará razones para analizar y cambiar su propia práctica. Por ejemplo, atención a los análisis socioeconómicos de las causas del fracaso escolar o al simplismo de echar la culpa de todo a la familia, tan querido en los claustros: no deberían “esterilizar” a la pedagogía. ¿Acaso no es nuestro compromiso? ¿Quién dijo que esto era fácil? ¿No hay nada que podamos hacer?
En su texto de 2007, Mayes ve signos de cambio, especialmente en cómo usan la tecnología los estudiantes (de manera horizontal, al margen de los cauces prescriptos por la institución y los profesores) y escribe: «…tal vez así es como llega la revolución: arrastrándose sin que te des cuenta de cuando las cosas realmente cambiaron, de manera incremental, de abajo hacia arriba, una evolución. ‘El día de la marmota’ puede ser una metáfora que estimule una visión equivocada de la transformación». ¡Menos mal! En tecnología educativa no estamos prisioneros en el “día de la marmota”, aunque si la revolución tiene que llegar por el uso que los estudiantes hacen de la tecnología, ajena a la institución educativa, la brecha escuela-sociedad se convertirá en un abismo. Mayes habla de la universidad, hay que decirlo, no de la escuela o la enseñanza media, pero ¿no hay nada que hacer desde dentro de las instituciones? La desconfianza en las instituciones es un rasgo común a muchos tecnólogos educativos: ¿no están aquí las raíces de los “edupunks”?
(¿Harto/a ya de Sony and Cher? Yo también. Segunda pieza musical: Frankie Yankovic – Pennsylvania Polka).
Anastasia Gouseti, la autora del primer texto que citábamos, nos dice que muchos autores han visto en la web 2.0 la realización de algunos ideales educativos muy anteriores a la tecnología digital y ligados a lo mejor (sí, “lo mejor”, sin duda alguna y esta es una opinión mía) de la pedagogía: la interacción, la creación, compartir, la participación y la colaboración como partes esenciales del aprendizaje.
Pero el hecho de que la web 2.0 sugiera a una serie de docentes que es posible la consecución de tales ideales pedagógicos ilustrados no implica que vayan a realizarse por arte de birlibirloque, sobre todo si la web 2.0 “no les sugiere nada” a la inmensa mayoría de ellos y ellas. Lo que vemos habitualmente es el uso de herramientas de comunicación, participación, de construcción social de conocimiento, etc. desde planteamientos didácticos muy “cortitos”. No hace falta citar estudios sobre lo poco que están cambiando las cosas en las aulas en todas partes: en este blog son una constante que ya aburre a su autor. ¿Corremos el peligro real de un nuevo «día de la marmota»?
¿Estamos con toda seguridad atrapados en el día de la marmota? ¿La revolución digital es una moda que pasará? ¿Por qué esta tecnología tendría que ser diferente de las anteriores? Mi respuesta quizá les parezca simplona, pero creo que vale la pena luchar para que escapar del día de la marmota. La escuela acabará usando las TIC, y dentro de éstas, la web 2.0, que es más una actitud que una tecnología, la 3.0 (a la que no le veo mucha punta didáctica todavía), la realidad aumentada, las redes sociales, el m-learning y todo lo que venga o está aquí ya en algún informe Horizon, subiendo la pendiente de Gartner, y más pronto que tarde. La razón es que la tecnología digital, las redes, la Internet, etc. están cambiando el mundo y su impacto está siendo tan fuerte en todos los ámbitos de la vida que ninguna institución podrá sustraerse a ellas a riesgo de convertirse en irrelevante. Y si ello ocurre, desaparecerá, vivirá primero un lento declive y luego… adiós. Así de simple: o la escuela forma para y desde la sociedad del conocimiento y emplea las tecnologías que la conforman o desaparecerá como institución relevante en la formación. Esperemos que además se enseñen también las actitudes y los valores adecuados.
Soy un iluso. Creo en las vanguardias. Es cierto que algunas veces fracasan. Pero otras, en cambio, cuando vuelan a favor del viento social y económico, consiguen contagiar y movilizar a sus compañeros y compañeras y generalizar ideas, valores, actitudes y procesos. Pueden influir y guiar la corriente hacia sus valores. Ahí vamos: primer objetivo, usar las TIC de manera pedagógicamente progresista, al servicio de los intereses y necesidades de los alumnos y alumnas, formando ciudadanos y ciudadanas competentes, justos y críticos, y no al servicio del capitalismo postindustrial; segundo objetivo, convencer cada día a algún compañero o compañera para que nos acompañen en este apasionante viaje. Ya se que parezco iluso, pero, es porque, como decía la canción, tengo ilusión. Me dedico a la enseñanza: la ilusión va en el pack, como Mari Carmen Devesa nos recordaba en su blog hace unos días, en palabras de Freinet:
«No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.»
Celestin Freinet
Amen.
Referencias:
(1) Gouseti, A. (2010). ‘Web 2.0 and education: not just another case of hype, hope and disappointment?’, Learning, Media and Technology, 35(3), 351-356.
(2) Mayes, J.T. (1995). Learning technology and Groundhog Day. En W. Strang, V.B. Simpson, and D. Slater (eds.) (1995). Hypermedia at work: Practice and theory in higher education. Canterbury: University of Kent Press, págs. 21–35.
(3) Mayes, J.T. (2007). Keynote at JISC Innovating e-Learning 2007: Institutional Transformation and Supporting Lifelong Learning.
Antes íbamos a la misa dominical a escuchar la homilía del cura de nuestra parroquia. En este mundo de «la internet»,como le gusta denominar a Jordi al fenómeno de la red de redes, acudimos puntuales a la entrada dominical de Jordi Adell. Yo me quedo con sus reflexiones siempre tan atinadas. En la entrada de este primero de mayo me quedo con esta reflexión: La escuela acabará usando las TIC, y dentro de éstas, la web 2.0, que es más una actitud que una tecnología. De lo que se trata es de que dicha actitud se extienda a muchos más educadores/as.
Chapeau! m’he sentit reflexat quan feies referència al bombo, esperança i decepció. Fa pocs dies publicava al bloc una entrada sota el nom reflexions moodèliques, per uns moments em vaig assomar al barranc de la decepció però abans de caure empentat pels tòpics vaig decidir despertar del meu particular dia de la marmota.
Cada dia que passa tinc més evidències dels meus propis alumnes que em diuen que no hi ha prou amb les TIC, calen també les MIC, metodologies de la informació i la comunicació? Més que edupunk em penso que sóc una mica TICquisMICquis.
Ah! i ja que el post va musicat, deixo un tema també per convidar a l’optimisme (digueu-me il·lús també), només tenim un camí a seguir, endavant!
http://open.spotify.com/track/32jlk5fLqGDP4lHwXu6Ahk
Bravo Jordi, las tic no nos sirven de nada si las utilizamos como substitutos del libro, además la conectividad, el ancho de banda y la disponibilidad, da ventajas aplastantes al formato papel frente al digital.
En cambio utilizar las TIC como valor añadido al aprendizaje de nuestro alumnado si nos permite mejorar sus competencias y su desarrollo personal, como bien conoces tu, un ejemplo nos lo da el amigo Fernando Garcia Páez y compañer@s en su escuela de Niebla
( http://www.juntadeandalucia.es/averroes/sanwalabonso/ ).
Como dice Jordi Martín nos hacen falta las MIC o las TAC os dejo un enlace relacionado con el tema de otro Jordi http://ticotac.blogspot.com/2010/11/aprenentatge-autentic-i-web-20.html
Para finalizar, no se si eres un iluso, pero que caray, si lo eres merece la pena acompañarte a ti y a muchas y muchos compañer@s y intentar contagiar las ganas de cambiar un poco todo esto de la educación por nuestro alumnado.
Excelente artículo Jordi!
Es importante que aparezcan estas reflexiones para obligarnos a repensar nuestra labor en el día a día, evitando así caer esa repetición que tanto marketing tecnológico promueve.
El otro día aparecía un artículo en ABC que nos muestra que la necesidad que plantea es real, actual e ineludible: «Para qué utilizamos el iPad» (http://t.co/sta4eR)
Un saludo, Leandro
@lcodarin
Es un artículo para releer despacio y resumir. Comparto todos los planteamientos. Si la Web 2.0. es una actitud que nos empuja al cambio y vemos a nuestro alrededor pesimistas (contra la administración, las familias, el alumnado, los compañeros,… la sociedad), la Web 2.0. lo tendrá complicado. Además tiene (tenemos) que luchar contra la Web 1.0. que es más cómoda, con menos riesgos, más tranquila.
Acabo de publicar varias entradas en el Blog del colegio, todas en ese sentido. Gracias Jordi. @jasraba
Para los que no tienen spoti
http://grooveshark.com/playlist/El+Dia+De+La+Marmota/52704411?src=5
No eres ni somos ilusos Jordi, en aprender (o enseñar) como en todos los aspectos de la cultura, fuera de Internet no hay vida, es el desierto.
Y no hay camino de vuelta para los que ya usan Internet en las clases, y fuera de ellas porque Internet ha extendido los ámbitos físicos donde se produce el aprendizaje.
Hola, Jordi: siento no estar hoy políticamente correcta, es una pena porque la ocasión, digo la homilía(¿quién pondría ese nombre?), lo merece.
Lo que quiero decirte es que intento cada día el primer objetivo que propones; más que por los escasos éxitos que consigo, por la frase «para formar alumnos que no estén al servicio del capitalismo postindustrial». Es un motivo lapidario y definitivo, en mi opinión.
En cuanto al segundo objetivo; lo siento, pero ya no estoy «para esos trotes», ni siquiera los considero de mi competencia. Quizá sí de la tuya, ya que formas a formadores; pero yo formo alumnos, no lo olvides, y con eso voy más que sobrada.
Por último, gracias a joan, que tuvo en cuenta a los que no tenemos spotify.
Un saludo.
Hola Conchita,
Gracias por el comentario.
Permíteme que te conteste con un frase de los Evangelios:
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres”. (Mateo.5:13).
Tienes mucho que enseñar… a tus alumnos y a nosotros, tus compañeros. Si no, ¿de quién aprenderemos?
Ya veo que lo de «homilia» no era un nombre puesto en vano…
Por supuesto que todos aprendemos de todos, ese es el motor de la civilización.
Puede que haya entendido mal tu frase «convencer cada día a algún compañero o compañera para que nos acompañen en este apasionante viaje». Deduje al leerla que promovías el proselitismo en las TIC, algo así como «haz tu buena obra del día, convence a alguien para que use las nuevas tecnologías en el aula», y eso, la verdad, me pareció muy cansado, por no decir que ya somos todos mayorcitos y yo no tengo que convencer de nada a nadie.
Pero si lo que tú propones es que nos fijemos en lo que hacen los demás y aprovechemos para llenar nuestras alforjas de tesoros, o de sal, siguiendo tus evangelios, eso es otra cosa; aquí me tienes a mí, por ejemplo, llenando la mía.
Pax tecum.
Hermana Conchita 🙂
A eso me refería precisamente, a hacer evangelismo de las TIC y la buena pedagogía; apadrina un compañero/a». Promuevo el proselitismo de las TIC (y el constructivismo social, compartir lo que se sabe y las buenas conversaciones después de comer, entre otras cosas). Todo saludable y placentero.
«
Dura reflexión sobre todo por ser totalmente cierta. Las TIC entran en el aula, pero muchos maestros no entran en ellas, es decir es un libro más en la pared, es entonces otra pared que sigue cerrando el aula. Creo que todos deberíamos volver a ilusionarnos para así intentar contagiar a los demás. Y sobre todo creo que deberíamos escuchar y mirar a los ojos a nuestro «público» y así podriamos saber sus intereses y necesidades.
Estupenda reflexión.
Para que las cosas cambian hemos de cambiarlas nosotros. Solas no lo hacen. Para eso estamos.
Interesante tema de debate. La tecnologia siempre se plantea como la solución a cualquier problema. El cine o el vídeo tambien tenian que ser la solución a todos los problemas del aprendizaje de los estudiantes, igual que anteriormente lo fueron las enciclopedias. Con los ordenadores se ha seguido exactamente el mismo criterio: Las TIC (TAC) tambien resolveran todos los problemas que tenemos. Pero creo que el problema fundamental es un problema de base, es como aquel jugador de baloncesto que no tiene técnica y le dicen que con una pelota mejor y con unas zapatillas de 200€ podrá jugar en primera división. Pienso que la tecnologia puede potenciar aquello que hacemos, si una cosa la hacemos bien puede ayudarnos a hacerla mejor, pero ¡alerta!; si una cosa la hacemos mal potenciará este efecto negativo.
Por tanto a mi entender, pienso que lo que tenemos que hacer es mejorar nuestra técnica de base: decidir que cual o cuales son los aprendizajes que tienen que desarrollar nuestros estudiantes y a partir de esta base, decidir que tecnologias nos pueden ayudar a potenciarlos. Esta tecnologia, ¿tiene que ser la de la web 2.0? Pues para algunas cosas si y para otras no. ¿Hemos de dejar de utilitzar un compás para dibujar circunferencias?
Creo que tenemos un cierta tendencia a dar a las herramientas una importancia exagerada.
«Pero la “verdadera naturaleza del aprendizaje” no es una, sino trina..» y ¿quien ha dicho que era fácil?
Yo, últimamente, parezco estar en el día de la marmota pero saldré. Mientras tanto es reconfortante leer cosas como estas.
En cuanto al segundo objetivo, del que reniega Conchita, estamos en ello pero, efectivamente, es muy cansado.
Aunque con retraso,parece que me he unido a los seguidores de tu entrada dominical…Genial!!!.
Sin lugar a dudas, hoy me quedo con el último párrafo y la cita final.
Un saludo ya de lunes.
Mara.
Un gran artículo, como de costumbre. Pero el tema es que pocos profesores saldrán del día de la marmota, los mismos que antes innovaban sin tic. Las tic ayudan a hacer las cosas mejor al que ya quiere hacerlas, aún no al resto
Lo siento. No me gustan ciertas metáforas aplicadas a la educación. Ni las homilías.
Siento poner el enlace. Puedes borrarlo, Jordi, pero creo que lo explico mejor en mi blog.
DISCENTIA: Movimientos, cenáculos, catacumbas y metáforas educativas
Lamento que no te guste mi sentido del humor, pero cada cual… 🙂
Algún día quizá escriba sobre metáforas en el lenguaje, el pensamiento y, por supuesto, en educacion.
«No hace falta citar estudios sobre lo poco que están cambiando las cosas en las aulas en todas partes: en este blog son una constante que ya aburre a su autor.»
Pues yo voy a caer en un lugar mucho más común y que aburre mucho más: no uso la w2.0. Oficialmente lo tengo todo en clase. Pero no va, no tenemos ancho de banda y nos ahogamos en la frase «maestro, esto no carga».
Antes de tus dos objetivos, tendremos que seguir poniendo el objetivo 0: que todo funcione. ¿A quién puedo convertir desde la cuasinulidad técnica?
Mmm! Puedes atormentar todo bicho viviente que pilles entre tu director/a y el despacho del Ministro. Ahora en serio: yo intentaría «meter» a los padres en el tema. Una manera de conseguir que se solucione un problema es convertirlo en «el problema» de los que pueden solucionarlo. Una carta de la AMPA a los periodicos locales, un escrito del Consejo Escolar a la Inspección, Servicios territoriales, dirección general… Cartas públicas a los candidatos a las próximas elecciones municipales a través de los medios, etc. Intenta convertirlo en el problema de más gente.
No se si he sido de mucha ayuda. Igual lo has intentado todo y no ha habido manera 🙁
Tmabién pueden intentar trabajar optimizando el hilillo de banda que tienes: trabajo en grupo, ritmos diferentes, no todos los alumnos a la vez a la misma página, instalar un proxy en el centro y precargar páginas de fuerte uso previsto, etc.
¿De verdad nos planteamos si las TIC han llegado para quedarse? Eso es irreversible ya.
Lo del cambio de metodología en cambio… va a costar más verlo avanzar, no por falta de voluntad del profesorado, si no por falta de formación. Los de secundaria tocamos de oído, nunca fuimos formados para dar clase, somos ingenieros, matemáticos, economistas… Esa carencia habría que suplirla con una formación continua específica que más que en las herramientas incidiera en la didáctica, pero parece que esto aún no está de moda.
Saludos
Por si va dirigido a mí, Jordi, no he dicho que no me guste tu sentido del humor, que no sólo creo respetable, sino imprescindible y signo de inteligencia, algo que no pongo en duda respecto a tí. Si lo has entendido así, me disculpo.
Lo que no me gusta, y siento repetirlo, es ese lenguaje metafórico religioso (gurus, evangelismo TIC, decálogos, creencias,…) que veo en la educación, y que creo haber leído, sin apreciar ironía, es cierto, en tu post.
Añadiré que menos aún me gusta el lenguaje comercial que últimamente se añade también a la educación,(ventas, objetivos, cuotas, selección, productividad, porcentajes, emprendimientos,…).
Me gustan mucho más las metáforas educativas visuales (color, tamaño, formas, líneas,…) naturales (crecimiento, desarrollo, evolución) o primarias (agrícolas, pesqueras, artesanales,…) o artísticas (anécdotas, cuentos, ciencia ficción, música, cuadros…).
Estaré atento a esa profundización tuya sobre metáforas de pensamiento y educativas, que anuncias. Saludos.
«Aún, si supiera que mañana el mundo se habría de desintegrar, igual plantaría mi manzano» Martin Luther King.
Gracias Jordi por tu reflexión, no eres un iluso, por suerte eres uno más plantando su manzano 🙂
Un periodo de adaptación a esta nueva situación que ha provocado la Escuela 2.0, en mi comunidad, Red XXI, creo que es necesario. Ya sé que el uso de las TIC lleva años. Yo concretamente desde 1989.
Soy muy optimista porque llevo tres años consecutivos impartiendo Seminarios de formación sobre el uso de la PDI y sobre la Web 2.0 y sí observo mucho cambio en la actitud de la mayoría de los profesores.
A partir de ahora, quienes sigan al margen, recibirán la presión de los padres. ¡Y con razón! Como comenta hoy Xulio Berros en Facebook, ¿os imagináis a un cirujano en un quirófano operando con instrumental del siglo XIX?
Quienes hemos comprobado que este cambio de actitud y de metodología mejora nuestras aulas debemos contribuir a extenderlo no como práctica manipulativa, sino como mejora educativa, porque así creemos en ello. ¡Yo, y bastantes más, al menos! GRACIAS, Jordi.
hola Jordi,
el caso es que yo (profesor de secundaria en la ESO, matemáticas y CCNN), cada vez pienso menos en las TIC.
Hace un tiempo me formaba todo lo que podía, iba a muchos cursos, pensaba cómo introducir las TIC en el aula.
Pero ya no.
Ahora no pienso en cómo introducir las TICs. Ahora pienso en cómo darle un papel más activo a mis alumnos en las clases, cómo puedo buscar tareas en las que se impliquen, cómo puedo provocar que «activen sus neuronas» 🙂 y piensen en cómo resolver un problema.
A veces me viene bien usar las TICs y otras veces usamos un papel y un lápiz, o un palo y su sombra para medir el tamaño de la Tierra, como ya hizo Eratóstenes.
El caso es que me siento un poco «liberado» porque antes, con antes avances cada día, me agobiaba. Tenía que usarlo todo, probarlo todo, estar al día. Ahora no. Simplemente pienso en los alumnos y acudo cuando tengo necesidad.
Eso sí, intento mantenerme al día de las novedades para no «perder el hilo».
Bueno. simplemente quería comentártelo porque me ha surgido esta reflexión tras leer tu post. Y porque una vez, en una charla, dijiste que ya estaba bien de gente que tomaba cosas de la red y nunca aportaba nada :-).
Un saludo,
Daniel Aguirre
Hola Daniel,
Pues creo que has llegado al «uso pefecto» de las TIC en educación: estar razonablemente al día y usarlas solo cuando aportan valor añadido, no «porque sí», «por ser moderno» o por demostrar nada a nadie. El valor didáctico de un palo y su sombra es enorme en manos de un buen profe 🙂 Al contrario: todos los ordenadores y cachivaches que tiene la NASA no sirven de nada sin una buena idea sobre cómo utilizarlos.
Felicidades 😀
Jordi.
Hola Jordi:
Acabo de leer tu artículo y realmente parece que el globo se está desinflando. Y es que las TIC nos han impactado a unos pocos/as, nos hemos deslumbrado por la gran cantidad de posibilidades que brindan. Al principio, como los recursos eran lúdicos y poco relacionados con proyectos, nos hemos fabricado todo para motivar, enseñar, que interactúen, mostrar en el blog, informar, etc. Y después de unos años sin respiro (mientras todos viven mejor que yo, con más tiempo y menos problemas) dan ganas de pararse y de ver de qué manera las nuevas tecnologías me facilitan a mí el trabajo (eso decía P. Marqués). Mientras yo he hecho un proyecto para tener una PDI, dos cursos de PDI, materiales para la PDI, etc. (porque quería la PDI), a mis compas les regala la editorial una PDI y se la instalan sin más, por comprar sus libros. Además, como lo cómodo es seguir el libro esperan que dicha editorial les pase un CD-ROM con todos los recursos para la PDI. ¿Las PDI son para proyectar lo que la editorial te da?. A veces me piden ayuda y eso significa de nuevo dejar mi trabajo y añadir más al que llevo acumulado (que parezco la tortuga Clementina). ¿Alguien piensa que deberían reconocer económicamente (por qué no) tantas horas, o el nivel de formación realizado (y aprovecharlo para que se lo transmita a los otros y no deje el tema aburrida)? Cuando los que hemos hecho la carrera nos sentemos a descansar, las TIC se van a dormir porque la comodidad de los libros no la han aportado todavía las TIC. Y eso es lo que la mayoría busca, por lo que se mantiene la brecha entre los docentes, entre los alumnos y las familias. Y el éxito lo mantendrán en las búsquedas e información y en la comunicación fuera de la escuela.
Un saludo cordial y mi admiración,
Rosario