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Reacciones reaccionarias

El anuncio del presidente Zapatero de dotar de un portátil a cada uno de los niños y niñas de 5º de Primaria de este país e ir ampliando sucesivamente cursos ha provocado un alud de reacciones de todo tipo. Desde los «genial, pero así no» de los partidarios del software libre y de los que creemos, además, que la escuela necesita cambios metodológicos profundos y con libros de texto electrónicos no cambiará nada, hasta los «con ese dinero que me pongan más personal administrativo» o los de «primero que me formen a mi (que en el año 2009 no se qué hacer con un ordenador y la Internet en clase)».

Este es un país curioso.

Hace 12 años escribí un artículo titulado «Tendencias en educación en la sociedad de las nuevas tecnologías de la información» . Copio aquí abajo dos párrafos que me han recordado estos días algunos de los artículos de prensa, declaraciones de consejeros/as de educación y blogueros diversos. Todo esto, ya ha pasado antes.

Es ilustrativo, a fin de calibrar la magnitud de los cambios en las vidas de las personas que introducen las revoluciones tecnológicas, echar un vistazo a cómo accedían a la información escrita los estudiantes universitarios antes de la aparición de la imprenta y compararla con nuestras actuales bibliotecas universitarias. Con las primeras Universidades aparecen las primeras bibliotecas universitarias, hacia el S. XII-XIII. Aunque la enseñanza se basaba en la memoria, los estudiantes y profesores disponían de bibliotecas para consultar las obras que no podían copiar por si mismos (o hacer que se las copiaran). Las bibliotecas eran colecciones dispersas en distintas facultades, colegios, etc. con pocos libros que, en general, procedían de donaciones o legados. Tenían dos secciones, la magna, con los libros de consulta encadenados (tal era su valor) y la parva, libros que se prestaban depositando en fianza otro libro. Los horarios de consulta no eran precisamente amplios. En el S. XV la Universidad de Salamanca, por ejemplo, tenía un horario reglamentado de dos horas por la mañana y dos por la tarde. Las actitudes de los profesores hacia las primeras bibliotecas no era de entusiasmo, precisamente.

En realidad el negocio lo hacían los «estacionarios», una especie de libreros que disponían de todas las obras que se necesitaban en las universidades, debidamente aprobadas por la autoridad académica. Para ejercer su profesión tenían que depositar una fianza y trabajar bajo la supervisión directa de la Universidad. Su actividad se regulaba en las «Constituciones» y consistía en disponer de copias autorizadas de las obras, divididas en cuadernos, que prestaban a los estudiantes para que éstos los copiaran o los hicieran copiar por amanuenses y luego volvían a recuperarlos. De esta forma las copias se hacían siempre sobre un ejemplar correcto y las copias sucesivas no hacían que se desviara demasiado del contenido original. Este sistema, la «Pecia», era el más común para hacerse con la bibliografía necesaria hasta finales de la Edad Media (Febre y Martin, 1962).

No se a qué me recuerda toda esta historia. Moraleja: compre una Agni y tire la vieja.

Addenda (12:33): Este vídeo lo ha visto todo el mundo, pero es que viene al pelo.

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¿Escuela «dos punto qué»?

Nuevo artículo en El País, sin desperdicio, sobre los planes de Gobierno para «digitalizar» la escuela. Basta el último párrafo para comprender la auténtica naturaleza del plan (perpetuar un modelo de negocio basado en el papel y la imprenta, prescindiendo de cualquier otra consideración) y su potencial para hacer avanzar nuestro país hacia la sociedad de la información (ninguno). No me resisto a copiarlo:

Las editoriales trabajan en el desarrollo de paquetes de materiales digitalizados, cuya novedad sería que los libros electrónicos llevan implantados un gestor (un hardware) que contiene una licencia personal para cada usuario. El niño al entrar en el ordenador introduce la contraseña que va en su licencia y empieza a trabajar en su libro digital. El gestor sirve también para que el profesor controle lo que hace cada niño en su ordenador. El ministerio está en contacto con las editoriales para ayudarlas a impulsar la renovación de su sector. El paquete contempla complementos, como diccionarios, recursos didácticos de ampliación y refuerzo y un abanico de actividades que dependen de la habilidad de cada niño. Lo que aún falta por definir es cuál es el precio de mercado de la licencia del libro digital.

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Una selección revisada de la Wikipedia para escuelas del Reino Unido

Wikipedia
Wikipedia

Quizá no demasiada gente conozca la iniciativa Wikipedia Selection for schools. Se trata de un conjunto de 5.500 artículos de la Wikipedia,  seleccionados por su relevancia para el currículum nacional del Reino Unido y categorizado por las materias de dicho currículum. Impreso, su contenido tendría el tamaño de 20 volúmenes: 20 millones de palabras y 34.000 imágenes.

Los artículos han sido revisados por voluntarios de SOS Children y pueden descargarse de su web como un DVD gratuito de 3,5 GB.

Naturalmente todo es gratuito, libre, sin publicidad y no-editable online. En resumen, material de referencia ajustado al currículum y apto para ser utilizado en actividades didácticas.

Otro modelo de material escolar es perfectamente posible.