Blog · innovación educativa · Nuevas tecnologías

Cuaderno de bitácora de la nave Enseñar Matemáticas

Foto de la tripulación de Star Trek
Sentado: el Capitán Carlos Morales Socorro, a bordo de la nave Enseñar Matemáticas

Hace unas semanas me llegó un mensaje por correo electrónico. Contenía un texto adjunto y el autor me pedía mi opinión. ¡Uf! Creo que me pilló de viaje, mirando rápido el correo y todo eso, y lo marqué para leerlo otro dia. A veces eso suele terminar en desastre: no lo marco o no me acuerdo luego y algún amigo/a se mosquea porque no le contesto (Manel: me acabo de acordar ahora mismo de tu mensaje. Te juro que me lo leo y te contesto. Lo siento) 🙁

Pero esta vez no ocurrió así. Me lo leí unos días después y… me quedé pasmado. ¿Te puede emocionar una ponencia a un congreso de didáctica de las matemáticas? Yo tampoco lo creía hasta que la leí (ahora pongo el enlace, tranquilos/as). De hecho, las emociones no son un ingrediente típico de las ponencias a congresos. De ningún tipo. Más bien lo contrario. La «ciencia» es objetiva y desapasionada… o eso nos gusta creer. Nada más lejos de la verdad, en realidad. Pero esta no era una ponencia típica.

El texto es el cuaderno de bitácora de un viaje, un viaje interior de descubrimiento, de investigación-acción, un viaje al fondo de lo que significa enseñar matemáticas y ser profesor de matemáticas. Y está escrito sobre todo con el corazón. Está escrito en primera persona y de tal manera que da la impresión de que el autor te habla a ti. También es la crónica intelectual del desarrollo profesional como docente de un profesor y de su pasión por ayudar a los estudiantes a comprender y a dar sentido a lo que le apasiona a él: las matemáticas. Un camino duro y solitario que debería ser más fácil de recorrer de lo que lo es. Un camino personal e individual, pero que a buen seguro podríamos recorrer más veces juntos… durante buenos trechos. Alguna de las fases seguro que te recuerda cosas que tu tambien hacías 🙂

El texto es de lo más emocionante e intenso que he leído en mucho tiempo. Y si el lector no es profe de mates, pero conoce a alguno, hágale un favor a él, y sobre todo a sus futuros alumnos, y pásele el texto, por favor. Insista en que se lo lea. Solo eso.

Pero ya vale de rollos. Aquí está… el cuaderno de bitácora del Capitan Carlos Morales Socorro, a bordo de la nave «Enseñar Matemáticas» en sus viajes por la galaxia PBL:

Carlos Morales Socorro (@cmorsoc), «El Aprendizaje basado en Proyectos y Problemas en la Educación Matemática del siglo XXI. Ponencia a las XV Jornadas de Aprendizaje y Enseñanza de las Matemáticas (JAEM). Gijón, del 3 al 6 de julio de 2011.

 

 

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El portafolios digital como «storytelling» del PLE

Foto de Vanessa
Hola Vanessa

 

¡»Peazo» de título!, ¿eh? ¿Se pueden juntar más moderneces TIC en una sola frase? ¡Si! ¡Se podría presentar el trabajo en una Pecha Kucha!

Todo esto viene a cuento de un portafolios que he recibido hace un par de días de una estudiante, Vanessa, y que, con su permiso, me gustaría mostrar aquí. El portafolio es en formato de vídeo-presentación (elección de Vanessa, no imposición mía). Los textos están en catalán, pero tiene poquito texto y se entiende fácilmente (vamos, que no será un problema si Ud. solo lo habla en la intimidad). Se ha elaborado como evidencia de los aprendizajes realizados en media asignatura optativa semestral (cuatro sesiones mal contadas, porque en una tuvimos el lujo de la presencia de Ignacio Aguaded) del Máster en Nuevas Tendencias y Procesos de Innovación en Comunicación de la UJI. Vanessa es Licenciada en Publicidad (y se nota 🙂 ).
Los que queremos llegar a ser buenos profes algún día, tenemos que aprender a dejar en paz a los buenos estudiantes. Yo «dejé en paz» a Vanessa y me presentó esto:

Y ahora, algunas ideas que quiero explorar el año que viene en la asignatura de «Nuevas tecnologías aplicadas a la educación» de Magisterio sugeridas por el portafolios de Vanessa:

– Un «artefacto» portafolios más rico en lenguajes. No solo texto e imágenes estáticas.

– Usar estructuras narrativas para hacer con el portafolios «storytelling» multimedia.

– Integración mejor de medios: quizá usando HTML5… si encuentro un editor domesticado y un «hosting» gratuito con garantías.

– Menos «rollo» y más «ideas poderosas». Quizá menos hincapié en «lo mucho que has aprendido» y más (o al menos tanto) en «la importancia de lo que has aprendido».

– Si tuviera menos estudiantes, me encantaría que presentaran su portafolios oralmente ante la clase, aunque no como un examen oral (soy blandito, ya lo se :-)). Hablar en público es una competenecia que no se trabaja en absoluto en la universidad porque es imposible con grupos de 80 o 90 estudiantes. Así nos luce el pelo luego, cuando tenemos que hacer una presentación. (¡Lo de la Pecha Kucha iba en serio!).

Seguiré dándole vueltas este verano 🙂

Gracias Vanessa.

 

 

Psd.. Otro día hablaré de los portafolios con un poco más de profundidad. Prometido.

 

Blog · Competencia digital · Escuela 2.0

A vueltas con la competencia digital de los docentes

En la entrada anterior, al hilo de un artículo de EDUTEC, hablaba de la escasa presencia de las TIC en los nuevos planes de estudio de Magisterio (que en el Máster de Secundaria se convierte en nula). Algo grave si queremos introducir las TIC en las prácticas cotidianas de nuestros centros docentes. Todo eso de la Escuela 2.0.

One Laptop per Child Peru: Ferreñafe. Algunos derechos reservados.

Aunque parezca evidente, mucha gente, incluso profesionales de la educación, hablan y actúan como si para usar las tecnologías de la información y la comunicación como docentes bastara con saber algo de informática, la que se aprende usando Facebook y el Word, y poco más. Quizá sea porque las han usado poco ellos mismos/as en su práctica profesional. No es extraño oir discursos en la línea de que los jóvenes que llegan a la universidad para formarse como docentes ya poseen la competencia digital y, por tanto, no hace falta incluir ninguna asignatura, módulo, contenido, actividad, etc. específicos. Pues miren, no basta. Ni de lejos. ¿Quieren un ejemplo? Piensen en la diferencia entre «saber usar el PowerPoint» y «saber hacer una buena presentación» o entre «usar Facebook» y «saber crear y dinamizar una comunidad de aprendizaje apoyada en una red social» o entre «crear una página web» y «diseñar una actividad didáctica con TIC» o entre «crear un blog» y «crear y mantener un blog de aula». Y si hablamos de actitudes, las diferencias son aún más grandes. Por traer aquí solo un par de ideas que cito a menudo: actuar como si la escuela fuera una isla o un nodo de una red o tener la capacidad de seguir aprendiendo y desarrollándote profesionalmente enriqueciendo tu propio PLE o, en plan macro, diseñar un plan TIC para un centro y saber dinamizarlo y hacer el seguimiento correspondiente. Y todo esto no son competencias, son solo concreciones muy específicas (y temporales) de competencias más genéricas. ¿Convencidos?

El objetivo, por tanto, es que los/las futuros docentes posean la «competencia digital docente» y no solo la competencia «tratamiento de la información competencia digital» básica, la de todo ciudadano/a que define la legislación vigente sobre enseñanzas mínimas en los niveles obligatorios. ¿»Competencia digital docente»? ¿Usar el PowerPoint y la pizarra digital para enseñar? Bastante más que eso.

¿Quieren saber de qué va todo eso de la competencia digital docente que debería desarrollarse en la formación inicial de los docentes de todos los niveles, incluidos los universitarios (si alguna vez existiera o existiese)? Pues lo primero que deberíamos tener en cuenta es que se trata de un campo en desarrollo, un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes cambiantes en respuesta al rápido desarrollo de las TIC y del uso que de ellas hacen los jóvenes y no tan jóvenes en nuestra sociedad. Un ejemplo: cualquier investigación o publicación sobre la competencia digital docente de más de cuatro o cinco años es muy raro que incluya el problema de la privacidad en las redes sociales o la «ciudadanía digital», los derechos y deberes que tenemos en ese nuevo espacio de convivencia. Pero hoy, con el 90% de los adolescentes usuarios habituales de las redes sociales es impensable que un docente no posea formación sobre cómo actuar en este sentido. Claro que también podemos pensar que eso es cuestión de la familia y que los adolescentes deben dejar fuera del centro educativo sus relaciones en las redes sociales, los móviles, etc. y concentrarse únicamente en el currículum. Pero es de completos ilusos. También podríamos pedir que se dejen las hormonas en casa, pero eso no va a pasar. Pues lo otro tampoco. Mejor estar preparados y tener formación y criterios. Es más,  deberíamos ir un poco más lejos y plantearnos cómo podemos usarlas con fines educativos. El riesgo que corremos si ignoramos todo esto es acrecentar la brecha entre la vida (el hogar y la calle)  y la escuela, que ya empieza a ser demasiado grande. El riesgo real es que la educación formal alcance algún día el 100% de irrelevancia social, económica y ciudadana. Y ya vamos por un buen porcentaje.

Casualmente, ayer «encontré» (serendipia) una reciente presentación de Jordi Vivancos sobre este tema que, entre otras ideas muy interesantes, citaba las iniciativas de estándares de competencia digital docente más conocidas. Y como copiar y pegar es una competencia que poseo desde hace años, aquí va una lista. Creo que deberíamos considerarlos solo documentos para la reflexión y el debate. Personalmente no asumiría ninguno al 100%, ni creo que «establecer» estándares mandatorios sea la única o la mejor manera de lograr objetivos educativos (mi fe en el BOE para provocar revoluciones didácticas es bastante escasa 🙂 ). Y todos sabemos que estándares e indicadores son peligrosos en manos de los tontos. Pero es lo que tiene ser un criticón: nada te parece bien del todo.

La lista de estándares de competencia digital docente:

¿Me dejo alguno interesante? Pues en los comentarios se puede completar esta lista. Las sugerencias son bienvenidas.

Con todo esto, más la literatura científica que analiza y evalúa el resultados de iniciativas que los han puesto en marcha en la formación inicial y permanente del profesorado (si existe), y una buena dosis de sentido común, podríamos empezar a hablar de la competencia digital de los docentes y diseñar algunos planes para el futuro: reformar la formación inicial y permanente del profesorado, crear una certificación TIC oficial para docentes en activo y vincularla a retribuciones, mediante un portafolios docente TIC, etc. Solo son un par ejemplos.