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Matriz de evaluación de actividades didácticas para la era digital

En un reciente artículo, Louise Starkey propone una matriz experimental (ver más abajo) como herramienta de evaluación de actividades de aprendizaje «en la era digital».

La primera pregunta que deberíanos hacernos es si dicha herramienta es necesaria. ¿Acaso las TIC no son solo herramientas para la enseñanza? Es decir, ¿el objetivo no es introducirlas en el currículum y la práctica cotidiana en las aulas para enseñar y aprender lo mismo que toda la vida? Entonces no necesitaríamos cambiar nada de la evaluación. Utilizando las mismas herramientas y criterios deberíamos apreciar (o no) la mejora en los resultados de aprendizaje.

Hasta la fecha, la mayor parte de las evaluaciones de los resultados de introducir ordenadores, Internet, etc. en las aulas no muestra diferencias significativas en el rendimiento de los estudiantes en las «materias» básicas (lectura, escritura, matemáticas, etc.). Este hecho es un argumento de los criticos con los programas TIC.

Pero si «aprender con tecnología» implica algo más que aprender lo mismo y aprender de la misma manera, es decir, si aprender con las tecnologías del presente es aprender también otras cosas y aprender tambien de otra manera, la evaluación debería tener en cuenta estas diferencias. No podemos medir lo diferente con la misma vara.

Pero para hablar de este tema hay que tener en cuenta que no existe todavía un amplio consenso sobre qué esperamos de los proyectos TIC en educación. ¡Si ni siquiera podemos ponernos de acuerdo en una terminología común para saber de qué estamos hablando unos y otros! ¿Cómo vamos a tener criterios de evaluación consensuados?

Pero veamos la matriz de Starkey. Citando a George Siemens, Stephen Downes y Sir Ken Robinson, entre otros, Starkey propone tres aspectos del aprendizaje que deben informar la evaluación de las actividades de aprendizaje y del rendimiento de los estudiantes en la era digital. El primero es la habilidad para conectar y colaborar con otros, más allá de las limitaciones del entorno físico. El segundo aspecto es la creación de conocimiento a través de conexiones. Y el tercero es el desarrollo del pensamiento crítico. En el artículo está la justificación de por qué estos aspectos y no otros.

La matriz que propone Starkey para evaluar actividades de aprendizaje se compara con la taxonomía modificada de Bloom (de Anderson y Krathwohl) y la taxonomía SOLO de Biggs y Collis, reconociendo sus limitaciones (está basada en procesos cognitivos y es demasiado lineal y restrictiva para un proceso holístico como el aprendizaje). En la matriz se proponen seis aspectos diferentes del aprendizaje utilizando tecnologías digitales:

  1. Los estudiantes hacen «algo» en un contexto determinado: buscan en Internet cierta información, contestan un cuestionario sobre hechos o datos, escriben un comentario en un blog, etc.
  2. Los estudiantes establecen conexiones: comparan cosas, hacen algo en diferentes conetextos o conectan con una persona para compartir ideas.
  3. Los estudiantes demuestran comprensión conceptual de «grandes ideas» (conocimiento conceptual).
  4. Los estudiantes analizan, critican, evaluan y exploran las posibilidades y limitaciones de la información, fuentes e información o un proceso (conocimiento procesual).
  5. Los estudiantes crean conocimiento desarrollando un producto original que proporciona una nueva realidad, utilizando ideas y procesos que han evaluado y criticado.
  6. El sexto y último aspecto del aprendizaje une las ideas de conexión, crítica y creatividad mencionadas antes: tiene lugar cuando los estudiantes comparten su conocimiento emergente en contextos auténticos y obtienen retroalimentación. Así se comprueba el valor (o no) de dicho conocimiento emergente.

Estos aspectos no son necesariamente secuenciales, aclara Starkey, y una actividad de aprendizaje no tiene por qué incluirlos todos.

La matriz resultante es la siguiente (la he dejado en su idioma original en aras de la fidelidad: «traduttore, traditore»):

 

Digital
age learning matrix

 

Modified
Bloom’s taxonomy – cognitive process domain

 

Structure
of Observed Learning Outcomes taxonomy (SOLO)

 

Doing
Isolated information. Focus on completing a measurable task.

 

 

1. Remember recognising recalling

 

Prestructural: students are simply acquiring bits of unconnected information, which have no organisation and make no sense.

Thinking about connections
Connecting thinking. Simple connections made within the context of intended learning. Compare and share.

2. Understand interpreting, exemplifying, classifying, summarising, inferring,
comparing, explaining.

3. Apply executing, implementing

Unistructural: simple and obvious connections are made, but their significance is not
grasped.  

Multistructural: a number of connections may be made, but the meta-connections between them are missed, as is their significance for the whole.

 

Thinking
about concepts

Develop conceptual understanding of ‘big ideas’.

 

4. Analyse, differentiating, organising, attributing

 

Relational level: the student is now able to appreciate the significance of the parts in
relation to the whole.

 

Critiquing
and evaluating

Evaluating and critiquing to explore the limitations and potential of information, sources or a process.

 

5. Evaluate checking, critiquing

 

 

Creating
knowledge

Creativity– applying ideas, processes and/or experiences to develop a new
reality.

 

6. Create generating, planning, producing

Extended abstract: the student is making connections not only within the given subject
area, but also beyond it, able to generalise and transfer the principles and ideas underlying the specific instance.

Sharing
knowledge

Sharing the new knowledge through authentic contexts and gaining feedback to measure
value. 

 



¿Cómo se usa la matriz? Coge una de tus actividades didácticas con TIC y analiza qué aspectos o procesos previsiblemente «exigirá» de los estudiantes. Seguramente serán varios. En esa «franja» se sitúa la actividad. No es preciso que todas las actividades sean de «compartir conocimiento», pero si en todo el currículum no hay ninguna de este tipo y todo es básicamente «recordar, reconocer, etc.», yo intentaría cambiar algunas para trabajar también aspectos como «crear, generar, planificar, producir.»

Tengo dudas sobre si «compartir-para-recibir-feedback» es realmente un aspecto diferente al resto o parte de los procesos anteriores. De hecho, tengo dudas de si es una fase exigible o esperable de una actividad de aprendizaje. Es cierto que conecta muy bien con, por ejemplo, las recomendaciones de Tom March sobre qué hay que hacer en las WebQuest con el producto creado por los estudiantes (hacer algo real y útil con él). De hecho he propuesto en algunas charlas entender el aprendizaje con TIC como «crear y compartir».

Aprender como crear y compartir

Lo que si estoy seguro es que este debate es necesario: debemos hablar más sobre didáctica en la era de la información porque aquí está la clave de todo el invento. No se si las taxonomías son el camino adecuado. Por mi formación y mis maestros, me «crié» anti-taxonómico y anti-objetivos operativos expresados en términos de conducta (Pepe Gimeno fue mi maestro 🙂 ). Me dan miedo los estándares, y la ultra-programación rígida de actividades, porque en manos de los tontos uniformizan el aprendizaje, definiendo qué debe saber y saber hacer todo alumno en todo momento hasta el detalle más nimio, algo que es antinatural (ayer en Manresa, en la tercera jornada Espurna, me decía un amigo «¿Por qué tengo que esperar al año que viene para explicar los terremotos cuando mis alumnos quieren comprender ahora qué ha ocurrido en Japón y por qué?»).

Ahí vamos.

innovación educativa

Innovación didáctica y estadios de desarrollo profesional

Allá por el 1966 Serrat publicó un EP que contenía la canción «Ara que tinc vint anys«. Decía:

Ara que tinc vint anys,
ara que encara tinc força,
que no tinc l’ànima morta,
i em sento bullir la sang.

Joan Manuel Serrat,
«Ara que tinc vint anys»

 

¿A qué viene todo esto? No, no es mi cumpleaños. Es que acabo de leer un artículo muy interesante sobre las actitudes de los maestros hacia los cambios pedagógicos durante los diversos estadios de su desarrollo profesional y me ha provocado sensaciones contradictorias. (Desgraciadamente solo se puede acceder al texto completo desde las universidades que tienen suscipción a Teachers and Teacher Education).

La idea del artículo que a lo largo de nuestra vida profesional, los docentes pasamos por una serie de etapas o estadios. Ditza Maskit, el autor o autora de la investigación, enumera los siguientes:

1. Preparación: el periodo de formación inicial, en la universidad, antes de trabajar como docente.

2. Inducción: Los primeros años de trabajo. El profesor/a se socializa en el sistema y busca activamente la aceptación por parte de alumnos, supervisores, compañeros, etc. para conseguir cierto nivel de seguridad y confort en las tareas cotidianas.

3. Construcción de la competencia: Preocupación por la mejora de sus destrezas y habilidades. Buscan nuevos materiales, métodos y estrategias. Son receptivos a las nuevas ideas. Su trabajo es visto como un desafío y están dispuestos a mejorar constantemente sus destrezas.

4. Entusiasmo y crecimiento: Los docentes alcanzan un alto nivel de competencia y continúan progresando profesionalmente. En esta fase, a menudo, aman su trabajo, buscan nuevas maneras de enriquecer sus prácticas y disfrutan de un alto nivel de satisfacción en el trabajo.

5. Estabilidad: En esta estadio, la carrera de los profesores/as llega a una especie de «meseta». Hacen lo que se espera de ellos y poco más. A menudo encuentran poco valor en los programas y actividades de desarrollo profesional y están rara vez motivados para participar en ellos.

6. Frustración en la carrera: Los docentes a menudo comienzan a preguntarse por qué están todavía en la enseñanza.

7. Carrera «cuesta abajo» («Career Wind-Down»): Los y las docentes estan preparados para dejar la profesión. Para algunos es una etapa placentera; para otros puede ser un periodo amargo e infeliz.

8. Salida de la profesión: El periodo después de que el profesor/a deja la profesión.

Aunque no todos los docentes pasan por todos los estadios, ni los estadios son producto del tiempo dedicado a la docencia. Digamos que los estadios aparecen cuando se analizan las ideas y actitudes respecto a la profesión de grandes números de docentes. Tampoco todos los investigadores están de acuerdo en ello: los hay que los ven como una progresión lineal, mientras otros los ven como una montaña rusa. Y, además, hay varias descripciones de dichos estadios.

Pues bien, el Dr. o Dra. Maskit ha intentado averiguar la relación entre las actitudes hacia el cambio pedagógico de los docentes (en sus tres aspectos: cognitivo, afectivo y motivacional) y su estadio de desarrollo profesional. Para ello encuestó a más de quinientos profesores de primaria y secundaria. Les pasó un cuestionario de actitudes hacia los cambios pedagógicos, un diferencial semántico sobre el mismo tema y les pidió que, ante una descripción de los estadios anteriores (excepto el primero y el último, que no tienen sentido en este contexto) señalaran en qué estadio sentían que se encontraban como docentes. Finalmente, entrevistó a 50 profesores/as de diversos estadios para validar los datos que aportaron en los cuestionarios.

El análisis de los resultados ofrece un interesante perfil:

 

Perfil de las actitudes de los profesores hacia los cambios pedagógicos en relación a su estadio de desarrollo profesional (Maskit, 2011, pág. 7)
Perfil de las actitudes de los profesores hacia los cambios pedagógicos en relación a su estadio de desarrollo profesional (Maskit, 2011, pág. 7)

 

En la gráfica se dibuja cierto «camino». Parece que al principio de la carrera la innovación no es una prioridad, la prioridad es más «hacer las cosas como los profesores/as experimentados» que introducir novedades. Durante los estadios centrales, alcanzada cierta seguridad en uno mismo/a, en lo que hace y cómo lo hace, la innovación es más valorada, para descender a medida que pasa el tiempo, hasta llegar a su nivel más bajo en la etapa «Cuesta abajo» («Career Wind-Down»).

Para interpretar los resultados en clave personal o analizar nuestro entorno es necesario recordar que no todos los docentes pasan por todos los estadios, ni éstos son una función del tiempo en la profesión. Debe haber numerosas excepciones a estas tendencias que salen de grandes números.  En resumen, que esto no es una ley de la naturaleza.

Pero tras leer el artículo muchas cosas empezaron a rondar por mi cabeza. La primera reacción fue no creerme nada.  Dada cualquier cosa que suceda en el tiempo, siempre aparece alguien para definir estadios. Es más, a uno, que ya tiene unos años, no le gusta que le llamen «carca» aunque sea disfrazado de «estadio». Conozco cantidad de gente, más mayor que yo incluso, que tienen una ilusión bárbara por su trabajo y que se merecen mil medallas a la innovación didáctica. Luego releí tranquilamente lo de la relación con la edad y que el autor no afirmaba que sean estadios por los que indefectiblemente tenemos que pasar todos y me calmé.

Luego pensé en la gente que conozco. No lo veía claro. Pero por mi trabajo trato sobre todo con docentes en dos situaciones: los estudiantes que se preparan para ser maestros y maestras, muy preocupados por buscar modelos de «cómo se han hecho las cosas toda la vida», y con profesionales que asisten regularmente a actividades de formación, seguramente en las etapas más entusiastas de su vida laboral. Cuando he tenido contacto con todo el claustro de un centro docente, ahora que lo pienso mejor, si que he visto claramente actitudes de las útlimas etapas. Gente que no quieren ni oir hablar de cambiar nada. También conozco gente en edades que «deberían caer dentro» de fases más innovadoras y que son unos auténticos inmovilistas. «Hay gente pa tó», como dijo el torero. Entonces. ¿esto no sirve para nada? ¿Por qué salen estos resultados en los cuestionarios? Si medimos la altura de todos los ciudadanos de nuestro país veremos una tendencia: cada vez los chicos y chicas son más altos… lo cual no quiere decir que por tener 20 años tengas que medir uno ochenta y por ser mayor midas uno setenta. Significa la media mide eso, seguramente porque que vivimos mejor que antes: mejor alimentación, mejor sanidad, etc. Puesto esto es algo parecido.

Es más, creo que es bueno conocer los resultados de este tipo de investigaciones. Sirven para estar atentos a cosas que ocurren a nuestro alrededor. Por ejemplo, que esperar que los maestros y maestras jóvenes que acaban de llegar al centro sean los abanderados de la innovación didáctica no es muy realista (sus prioridades quizá sean otras por un tiempo, salvando las excepciones). También es util conocerlas si organizas actividades de formación permanente para docentes o estás metido en proyectos de innovación didáctica. También se me ocurre que un factor muy relevante en las actitudes de los docentes de todas las edades respecto a los cambios pedagógicos es la cultura del centro e incluso que la administración, la inspección, etc. la promueva activamente, especialmente en una sociedad tan cambiante y compleja como la actual, a riesgo de que esta curva sea inevitable y más pronunciada si cabe. O que si la plantilla de un centro es muy homogénea en edad y experiencia es probable que la cultura escolar está basada en el estadio dominante. O, ya en un plano más personal, que a mi edad, debo «vigilar» la tendencia a pensar que todo lo nuevo es malo o igual que lo anterior, que no todo tiempo pasado fue mejor… porque éramos más jovenes y la memoria es selectiva y solo nos acuerdamos de lo bueno 🙂

¿Qué te sugieren a tí estas ideas? ¿Nos lo creemos? ¿Hay evidencias a tu alrededor? Aunque, si lees asiduamente blogs en Internet (y escribes el tuyo), quizá tus piernas tengan los años que pone en tu DNI, pero tus ganas de aprender y hacerlo mejor cada día siguen siendo como a los 20 años.

Cuando Serrat cumplió los 40 hizo una nueva versión de su canción. La tituló «Fa vint anys que tinc vint anys» («Hace veinte años que tengo veinte años»):

Fa vint anys que tinc vint anys.
Vint anys i encara tinc força,
i no tinc l’ànima morta,
i em sento bullir la sang.

Joan Manuel Serrat,
«Fa vint anys que tinc vint anys»

¿Todavía te hierve la sangre?

Referencias:

Maskit, D. (2011). Teachers’ attitudes toward pedagogical changes during various stages of professional development. Teaching and Teacher Education, (in press). doi:10.1016/j.tate.2011.01.009

Escuela 2.0 · Publicaciones

Sobre proyectos «telecolaborativos» de aprendizaje en Internet

Hace casi una década (¡cómo pasa el tiempo!) escribí una especie de apuntes para mis estudiantes de Nuevas tecnologías aplicadas a la educación sobre proyectos telecolaborativos de aprendizaje en Internet. Como no era nada original (me apoyaba completamente en el trabajo de Judi Harris) no intenté  publicarlo nunca. Con el tiempo los enlaces poco a poco dejaron de funcionar (¡y hay muchos!), aparecieron otras publicaciones que podía recomendarles a mis alumnos, etc. En resumen, que el texto se quedó en mi ordenador como una reliquia de otro tiempo. El caso es que buscando otra cosa, hace unos días, lo encontré (o lo reencontré) y para que siga criando polvo digital en mi ordenador, pues lo publico aquí en el blog y si a alguien le sugiere alguna idea para llevar a cabo algún proyecto, pues perfecto. Ahora bien, EL QUE AVISA NO ES TRAIDOR: está escrito hace 10 años, los enlaces, si funcionan, es de puro milagro. No me pregunten por qué la mayor parte de las páginas ya no se encuentran disponibles en la red: sus autores sabrán, no yo. Lo más interesante que queda en el texto, a mi juicio, es la tipología de proyectos de Harris y las fases para organizarlos (y quizá la plantilla para planificar). Los ejemplos deben haber desaparecido casi todos.

No hagan caso a lo de no citar, etc. Es porque nunca lo terminé de escribir. Pueden citarlo así:

Adell, J. (2001). Proyectos telecolaborativos: la Internet como medio didáctico. Manuscrito no publicado. Accesible en http://elbonia.cent.uji.es/jordi/wp-content/uploads/2011/03/Adell-Proyectos_telecola.pdf

Aquí está: Proyectos telecolaborativos: la Internet como medio didáctico