Nuevas tecnologías

El gen conservador del magisterio

Incluso los docentes más proclives al uso de las TIC en las aulas sienten un hormigueo en la espina dorsal cuando piensan en niños con portátiles, accediendo a información y juegos y todo lo que se les ocurra, fuera del control protector del maestro.

Hay una gran tradición en el magisterio en este sentido:

Sócrates.- Pues eso es, Fedro, lo terrible que tiene la escritura y que es en verdad igual a lo que ocurre con la pintura. En efecto, los productos de ésta se yerguen como si estuvieran vivos, pero si se les pregunta algo, se callan con gran solemnidad. Lo mismo les pasa a las palabras escritas. Se creería que hablan como si pensaran, pero si se les pregunta con el afán de informarse sobre algo de lo dicho, expresan tan sólo una cosa que siempre es la misma. Por otra parte, basta con que algo se haya escrito una sola vez, para que el escrito circule por todas partes lo mismo entre los entendidos que entre aquellos a los que no les concierne en absoluto, sin que sepa decir a quiénes les debe interesar y a quiénes no. Y cuando es maltratado, o reprobado injustamente, constantemente necesita de la ayuda de su padre, pues por sí solo no es capaz de defenderse ni de socorrerse a sí mismo.

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Fedro, 274b-275e (El Banquete, Fedón, Fedro, Orbis, Barcelona 1983. Traducción de Luis Gil, p.363-366). Plató: l’escriptura i la paraula, el mite de Theuth

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La revolución no se vende en El Corte Inglés

Una cita para recordarla dentro de un par de años, cuando se haga balance del impacto de los portátiles en el aprendizaje de los alumnos (seguramente mediante pruebas estandarizadas basadas en el currículum de principios del siglo XX que disfrutamos). La he leído hace un rato en un texto de Wes Fryer en la web del 30th Annual NECC 2009:

«…the billions schools have spent on computers have had little effect on how teachers and students learn… The reason for this disappointing result is that the way schools have employed computers has been perfectly predictable, perfectly logical– and perfectly wrong. As we show in this chapter, schools have crammed them into classrooms to sustain and marginally improve the way they already teach and run their schools, just as most organizations do when they attempt to implement innovations, including computers. Using computers this way will never allow schools to migrate to a student-centric classroom.»

Christensen, Horn & Johnson. Disrupting Class: How Disruptive Innovation Will Change the Way the World Learns. McGraw Hill. 2008. pp. 72-73.

Traducción (más o menos):

«…los miles de millones que las escualas han gastado en ordenadores han tenido poco efecto en cómo los profesores y alumnos aprenden… La razón de este decepcionante resultado es que la manera en la que las escuelas han utilizado los ordenadores ha sido perfectamente predecible, perfectamente lógica –y perfectamente equivocada. Como mostramos en este capítulo, las escuelas los han embutido en las aulas para apoyar y marginalmente mejorar la forma en la que ya enseñan y gestionan sus escuelas, de la misma manera que lo hacen muchas organizaciones cuando intentan poner en práctica innovaciones, incluyendo ordenadores. Usar los ordenadores de esta forma jamás permitirá a las escuela migrar a una aula centrada en el estudiante.»