Los días 5, 6 y 7 de noviembre se ha celebrado en el Palacio de Congresos de Alicante el III Congreso de Software Libre de la Comunidad Valenciana. Entre los más destacado del programa, charlas de Marcelo D’Elia Branco y Jon «Maddog» Hall, entre otros, y la presentación de la nueva versión de la distribución GNU/Linux LliureX, con el modelo de aula LliureX y adaptaciones para educación infantil, aula de música, laboratorios de idiomas y bibliotecas. LliureX 8.09 está basado en Edubuntu Gutsy Gibbon (kernel 2.6.22 y Gnome 2.18).
También hubo tiempo para talleres y, quizá lo más interesante, presentaciones de experiencias entre los docentes que utilizan LliureX en sus prácticas educativas cotidianas. Los protagonistas de este tipo de actos no es la Administración educativa o los ponentes de renombre internacional (con todos mis respetos). Son los docentes de a pié, aquellos que con su trabajo cotidiano demuestran que otro modelo de desarrollo de software educativo es posible y que la colaboración y la libertad son dos de los mayores valores que puede enseñar y practicar un docente.
Participé en el Congreso el día 5 de noviembre (gracias Sofía y Raúl por la invitación) presentando la experiencia de la UJI con Moodle y cuáles son los factores que nos han llevado a un altísimo nivel de uso de la plataforma en un contexto de enseñanza presencial. Como es normal, acabamos hablando de todo. Destaqué una idea que no debemos cansarnos de repetir: la innovación tecnológica no es una garantía de innovación didáctica, que no van de la mano, que no podemos contentarnos con introducir nuevas herramientas si nuestros alumnos van a acabar haciendo lo mismo que con las «viejas» y que las estructuras institucionales (currículum, gestión de espacios y tiempos, organización de la docencia, evaluación, etc.) y las ideas de los docentes sobre cómo se aprende mejor y, por tanto, cómo se debe «ayudar a aprender» mejor juegan en muchas ocasiones en contra de la innovación didáctica. Esto es, que por usar una plataforma como Moodle no se garantiza que lo que hacen los profesores tenga más sentido que si no la usan. Hace falta algo más. Fue muy agradable, con un público en el que había muchos amigos y amigas y que ya estaba convencido de antemano (así es muy fácil, realmente).
Después de la charla (y el café) estuve en un atestado taller práctico de Moodle que organizó la asociación Novadors (con Vicent Grau al frente) y, por la noche, tuve el placer de cenar con mi colega y amigo Pedro Pernías, profesor de la Universidad de Alicante, que hablaba al día siguiente en el Congreso sobre eXe. Un día muy interesante, lástima que no pude quedarme mas tiempo: me perdí cosas interesantes.
Volviendo en el tren, al día siguiente, pensaba en cómo se debe sentir la gente de la Consellería que trabaja duro en el desarrollo e implantación de Lliurex ante la payasada de la «Educación para la ciudadanía». ¿Qué haría yo? ¿Me iría a casa? ¿Intentaría hacerlo lo mejor posible en mi ámbito de competencias y pasaría de lo demás? ¿Me tragaría mis ideas y colaboraría en cosas como «la traducción al valenciano» del JClic? Malos tiempos para la lírica.
