El miércoles 24 de septiembre por la tarde estuve en un tribunal de tesis en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. A pesar de perderme en los nuevos accesos a la URV 🙂 llegué a tiempo. Fue un placer saludar a los directores, los doctores Mercè Gisbert (URV) y Xavier Carrera (UDL), al presidente del tribunal, el Dr. Ángel-Pío Gonzalez Soto (URV), y al resto de miembros del tribunal. El trabajo presentado recibió la máxima calificación. Desgraciadamente no pude quedarme a la cena posterior. Al día siguiente tenía que salir temprano de casa y estaba a casi doscientos kilometros. ¡Maldita agenda!
Presentaciones en pequeño grupo
Las presentaciones ante audiencias pequeñas (2-10 personas, digamos) son completamente diferentes a las dirigidas a grandes audiencias. Andrew Abela, el autor del blog The Extreme Presentation(tm) Method, ha escrito un Manifesto electrónico para la serie ChangeThis titulado Presenting to Small Audiences: Switch off the Projector!
La principal diferencia estriba en que las presentaciones ante pequeñas audiencias tienen fines mucho más definidos y concretos. Usualmente implican toma de decisiones, en ocasiones muy importantes. Las presentaciones ante grandes audiencias están orientadas a informar, motivar, inspirar, et., «Si vamos persuadir a las personas –dice Abela– necesitan digerir las ideas a su estilo y ritmo –y sentir que pueden contra-argumentar y que sus objeciones serán respondidas». Se trata más de un diálogo que de una exposición.
El nivel de detalle también cambia. Una conferencia ante una gran audiencia se presta a los brochazos, a los panoramas, ante unas pocas personas, en cambio, es necesario entrar en detalles concretos. Lo cual implica que nuestras transparencias deben tener el suficiente detalle pero sin provocar la sobrecarga cognitiva. El estilo zen (Garr Reynolds, Apollo Ideas, etc.) no sería el más apropiado para pequeñas reuniones… al menos en todas las transparencias. Y, como propone Abela, a veces es mejor apagar el proyector y discutir con papeles alrededor de una mesa… y que los gráficos pasen el test del estrabismo (bizquee los ojos ante la diapositiva, si aún puede decir de qué trata, es que pasa el test 🙂 ). Es más, para producir documentación en papel, no hace falta usar un programa de presentaciones: use un buen editor de textos y de gráficos y figuras.
En resumen, una lectura interesante para pensar sobre las diferencias entre las presentaciones estilo Ballroom y las estilo Conference room y no meter la pata.
El movimiento del orador en una presentación
Muchos oradores/conferenciantes/etc. se comportan como bustos parlantes, pegados con Loctite a la silla. A veces, medio escondidos detrás del portátil. Yo no puedo hablar así… bueno, sí que puedo, si no hay más remedio. Por ejemplo, hay salas en las que los organizadores asumen que todo el mundo hablará sentado, detrás de una mesa, con el presentador/moderador al lado. Desde luego es una decisión menos arriesgada que asumir que todo el mundo es como Steve Jobs y montar un escenario vacío con una gran pantalla y una mesa con ordenadores para las demos a un lado (de todos modos, las presentaciones de Jobs tienen algo de truco: monitores en la primera fila en los que Steve ve la diapositiva actual y la que vendrá a continuación, algo sencillo con Keynote, el soft que usa para las presentaciones, y que creo que ya se puede hacer con la última versión de PowerPoint ;-)).
A lo que íbamos, ¿cómo moverse por un escenario o tarima o sala cuando estás dando una charla? En Speaking about Presenting, Olivia Mitchell escribe sobre cómo utilizar el espacio en 9 ways to use space in your presentation. Algunos consejos parecen un poco traídos por los pelos, pero otros son bastante «naturales». La gente lo hace sin darse demasiada cuenta (yo al menos): acercarse a la primera fila para dar énfasis o «contar un secreto a la audiencia», adoptar la «posición de mando» central para dar el mensaje fundamental o la introducción, acercarse a la pantalla (que debe estar ligeramente a un lado, según Olivia) para centrar la atención en la transparencia que se está explicando (los punteros láser no se ven más la de la segunda fila y si lo mueves rápido, no lo ves ni tu), etc.
En fin, algunos buenos consejos para ir perfeccionando el movimiento. La gente que se mueve parece más «suelta» y confiada. Los nerviosos, dice Olivia, se quedan congelados en su sitio. El movimiento tranquiliza al orador, ya que disipa adrenalina (creo que si corres sin parar en círculos durante una hora disipas bastante adrenalina). Yo llego al final con mucha.
El problema, es que, si te mueves mucho, en las fotos siempre sales borroso 🙂
Otros temas a considerar: dónde se puede poner el portátil para verlo desde tus posiciones, si hay micro inalámbrico (lavalier o de diadema, preferiblemente o con uno de esos grandes pareces Raphael), si tienes un mando a distancia para pasar las diapositivas (esta es la primera compra de alguien que haga presentaciones), o si delante tienes un parterre con flores. En fin, si alguna vez organizas una conferencia o unas jornadas, conviene preguntar previamente a los oradores si van a hablar sentados o de pie, si van a traer su ordenador y si necesitan amplificar el audio del ordenador. Así se puede organizar la sala adecuadamente… ¡y pon un par de monitores delante!