Los blogs son conversaciones. Y los comentarios son lo mejor de este blog.
Pero los comentarios son un privilegio, no un derecho. Es más, el responsable del blog también lo es de publicar los comentarios. Cuando tratan sobre temas que no tienen nada que ver con la entrada, son insultantes o desconsiderados o sexistas o homófobos o simplemente están tan mal escritos que duelen a la vista, se acaba el privilegio. El autor del blog tiene el perfecto derecho a no publicarlos. De hecho, debe borrarlos pues si el comentario implica un delito (injurias, por ejemplo), el responsable del blog incurre en responsabilidades penales. Así de claro está el tema.
Hasta la fecha no había necesitado tener una «política de comentarios». Solo recibía algo de spam y comentarios más o menos críticos con mis ideas, pero todos perfectamente razonables y publicables. Esta semana pasada las cosas cambiaron. Así que la política también va a cambiar.
Esta es la política de comentarios de este blog:
- Los comentarios tratarán sobre el tema de la entrada. Lo comentarios que no lo hagan no serán publicados.
- Los comentarios serán respetuosos con las personas y las instituciones. La diferencia entre la crítica razonada y los insultos o las injurias es muy clara.
- Los comentarios estarán libres de publicidad.
- Los comentarios no son una plataforma para contenidos o reivindicaciones de terceros.
- El autor se reserva en todos los casos el derecho a interpretar estas reglas y a borrar todos aquellos comentarios que considere inapropiados.