He estado ¡un día! en Las Palmas de Gran Canaria en un tribunal de tesis doctoral. La memoria de la investigación, titulada «Estudio del uso e impacto del sistema de gestión de enseñanza-aprendizaje Moodle en la educación superior», fue presentada por su autora Elena Chirico y su director José Juan Castro, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG). El tribunal estaba formado por Luis Alberto García (ULL), Emigdia Repetto (ULPGC), Jorge Marín (ULPGC), Carmen Hernández (ULL) y un servidor (UJI) y otorgó la máxima calificación a un trabajo excelente tanto en su plateamiento como en su presentación.
Es interesante, aunque no extraño, que los caminos de la ULPGC y la UJI en el tema Moodle sean tan parecidos. Son dos universidades pequeñas y jóvenes, que apuestan por las nuevas tecnologías decidídamente como herramienta en la enseñanza y el aprendizaje. Es más, comenzamos juntos en esto de Moodle, allá por el 2003 y ambas universidades decidieron implantarlo como herramienta de campus en el curso 2004/05. Aunque no se si los resultados son extrapolables a otros contextos, tengo la impresión de que así es. En resumen, el retrato que hace la tesis del uso de Moodle a lo largo de estos años en la ULPG es absolutamente igual al de la UJI: un ritmo rápido de adopción por parte del profesorado, pero un uso mayoritario bastante convencional. Los profesores, en su mayor parte, la usan para distribuir documentos entre sus alumnos y les encargan tareas sobre las que ofrecen retroalimentación en forma de calificaciones y comentarios en la plataforma. Hay otros usos menos difundidos: foros de debate, tutorías virtuales, etc., pero el uso principal es el comentado. Evidentemente, responde a un modelo de enseñanza bastante tradicional, nada revolucionario. ¿Alguien esperaba una revolución didáctica? Las posibilidades solo son eso, posibilidades.
Los LMS o campus o aulas virtuales en el fondo son transposiciones informáticas de las aulas (y las prácticas que se realizan en ellas) tradicionales de las universidades. Pero la herramienta no impone al 100% la metodología. La facilita o la dificulta, pero creo que no la impone. Creo que Moodle sigue siendo infrautilizado en nuestras aulas universitarias: se pueden hacer más cosas que repartir PDFs y «PowerPoints» y pedir trabajos por escrito a los alumnos. El reto, para la UJI y la ULPGC y para otras universidades, alcanzado el objetivo de que la mayor parte del profesorado la utilice, es la calidad. Y esto no es un tema de formación en nuevas tecnologías del profesorado… o no solo. Es la formación pedagógica la que determina cómo se usa la herramienta. El wiki más flexible, sin ninguna estructura previa y abierto al mundo puede ser utilizado como soporte a las prácticas más convencionales de enseñanza-aprendizaje.
En resumen: es la pedagogía, no la tecnología.